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Tomar la educación no convencional como fundamento. Ése es el objetivo y el punto de partida de un grupo de maestras y personas que quisieron impulsar la pedagogía Waldorf en esta ciudad. El Jardín Escuela Micael, (anteriormente Jardín Primer Septenio) funciona desde el 2011, pero este año tienen como objetivo contar con el aval del Consejo de Educación de la provincia. "Los padres buscan una educación distinta para sus hijos", explicó Sandra Tappa, una de las referentes de la institución.
La pedagogía Waldorf se caracteriza por incluir en la educación del niño, ya sea en la etapa inicial o primaria, el contacto con la naturaleza y la parte espiritual.
Es por eso que el Jardín Primer Septenio se encuentra casi a las afueras de la ciudad, en una chacra ubicada en la calle Estado de Israel al 1100.
"La impulsora de esto fue Claudia Ferioli, una docente que quería tener un espacio distinto para los niños", explicó Sandra. Al cabo de unos meses, una persona donó un terreno en una chacra, lugar en donde se reúnen desde el 2012.
El juego, la alegría, las plantas y el contacto con lo natural pasa a primer plano. Los niños de tres a seis años cantan y hacen manualidades de acuerdo con la época del año. "En invierno los chicos hacen, por ejemplo, artesanías con algodón y, en verano, dulces porque lo relacionan a la fruta y la cosecha", explica Sandra.
Una vez que los niños pasen la etapa inicial, son evaluados para saber si ya están aptos para pasar a primer grado. "A partir de los siete comenzaría el conocimiento intelectual", dice Sandra y agrega: "Tenemos una mirada especifica en cada etapa evolutiva".
Según su punto de vista, la diferencia no sólo está en el método de educación y la pedagogía aplicada, sino que también se puede notar la diferencia en el niño. "Se puede notar la seguridad en ellos mismos, tienen más claro las metas para su vida y logran una fortaleza interior muy grande".

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